Ebe

 

Poner la Vida en el Centro.

Cuando de pequeño me preguntaban “¿Qué quieres ser de mayor?” yo normalmente respondía: “Quiero ser padre”. Y aunque aún no lo soy, y sin que me preocupe demasiado serlo o no en un futuro, la vocación que hay detrás de esa contestación sigue poderosamente arraigada en mí.

No puedo vivir el gestar, el parir, el amamantar un nuevo ser humano, no puedo experimentar el universo emocional, psicológico y espiritual que ello conlleva en mis propias carnes. Sin embargo siento una fuerte llamada a acompañar y compartir en los procesos de otras personas desde lo que soy, tal y como soy, ofreciéndome desde la escucha profunda y activa.

Viví varios años en África. Allí conviví con tribus cuyo linaje de conocimientos ancestrales y formas de vida han sobrevivido al colonialismo y a la industrialización. Con esas mujeres y esos hombres comprendí que hay un Saber profundo, primigenio, que nos pertenece y está ahí esperando a que lo reconozcamos y lo utilicemos. Es el Saber que tantas veces grita desde nuestro interior alentándonos a hacer las cosas de forma diferente, a atrevernos a ir más allá de nuestros miedos.

Lograr que todo el proceso de creación y mantenimiento de la vida humana vuelva a estar en nuestras manos y vuelva a ser guiado por nuestros corazones me parece una de las causas más bellas por las que trabajar. Y podemos lograrlo, no me cabe la menor duda.

Podemos siempre que lo hagamos juntes*, creando redes, creando tribu.

Madiéu, Agosto de 2018.