Visibilizando lo invisibilizado

Los cambios que se dan en una persona embarazada, tanto físicos como emocionales, son aceptados por la sociedad como parte del proceso de gestación, resultando muchos de ellos evidentes y comprensibles. La preparación para y durante esta fase por parte de la persona gestante suele ser considerable y estar enfocada al momento cumbre, el nacimiento de le bebé.

Es como si se tratase de una carrera en alta montaña cuya meta se  encuentra en la cima tras un largo recorrido. Durante el ascenso te unes a una expedición que te acompaña durante todo el trayecto. Además un gran número de espectadores te animan con aplausos y  sonrisas. Los puestos de avituallamiento están repletos de comida y  bebida para los corredores. Y una vez arriba, cuando por fin cruzas la línea de meta, el grupo desaparece, como si se lo hubiese tragado la tierra. Pero hay que volver a casa, hacer el recorrido inverso. Sola, con el sobresfuerzo acumulado, el cansancio, la falta de alimento y la deshidratación te tienes que buscar la vida para volver. No eres capaz de recordar el camino de vuelta y además, tienes que afrontar un montón de cambios meteorológicos imprevistos. Decidme, realmente, ¿quién sobreviviría a tal situación? Y de hacerlo, ¿a qué precio?, ¿qué tipo de secuelas pueden quedar de tal experiencia?”

Testimonio de una madre.

Al visibilizar lo invisibilizado, pretendemos dar, como mínimo, la misma importancia al periodo de postparto, que al del embarazo y el parto. Sentimos necesario establecer una conciencia social de esta fase, para que se tenga en cuenta, se atienda y respete como merece.

De este modo, le mamá ya no sentirá más la presión de tener que llegar a todas partes la primera y lo antes posible. Se disipará suavemente la tendencia a sentirse culpable o incapaz por el simple hecho de pedir ayuda y dedicar tiempo y energía a su propio descanso y recuperación.

Gracias a la conciencia sobre las necesidades en el postparto será mucho más fácil para las familias o comunidades poder organizar todos estos aspectos con antelación. Poner durante el embarazo sobre la mesa todas las necesidades que se dan en este periodo priorizando y volcando toda la energía en lo verdaderamente importante.

Al establecer una buena organización anticipada por parte de la tribu que se hará cargo de le bebé, cabe la posibilidad de crear una red de apoyo al postparto formada por familiares, amigues, asesoras de lactancia, parteras, matronas, doulas, acompañantes postparto, asistentes del hogar, canguros… que cubran las tareas que previamente han sentido como necesarias.

Así, cuando llegue el momento y durante los primeros 40 días como mínimo, la atención de le madre estará centrada en su propia recuperación y en establecer una buena conexión con le bebé.

Octubre 2018