Hace diez años atrás que todo esto empezó. Fue en 2008 cuando pude formar parte del itinerario de educación para la participación juvenil Creando Futuro, éramos un grupo pequeño de jóvenes y nos empezamos a cuestionar todo.
El placer de no dar nada por sentado me llevó a estudiar Sociología y lo hice con mayúsculas, a nivel oficial, pagando una universidad pública que me daría un título. Lo hice por inercia, por no enfrentarme con 18 años a la incertidumbre de no saber qué hacer con mi vida.
Sin encontrar lo que buscaba en la Academia, empecé a aprobar para pasar de curso nada más y me volqué en estudiar por mi cuenta, rompiendo todos los límites y nutriéndome de un gran conocimiento que conservo hoy día pero que no puedo acreditar.
Además de profundizar en sociología durante los cinco años de carrera, llevo ocho años estudiando pedagogía, seis años estudiando salud y nutrición, cuatro años estudiando permacultura, tres años estudiando relaciones internacionales… He formado parte de más de 10 colectivos sociales diferentes que han sido mi gran escuela. He viajado por más de 30 países y he vivido en 3 estados diferentes.
Uno de esos colectivos fue PaReS (Parto Respetado Salamanca), hacía tiempo que venía con ganas de ser madre y tenía claro que quería parir de cuclillas pero no sabía nada, gracias a Pares escuché por primera vez lo que era oxitocina, violencia obstétrica, plan de parto, etc. y decidí que en algún momento iba a ser doula.
Años más tarde me encuentro viviendo en el hemisferio sur del continente americano rodeada de amigas embarazadas, algunas de ellas tienen claro que van a parir en casa, pocas lo consiguen. En la ciudad de un millón de habitantes, sólo una persona acompaña partos en casa, es hombre y es obstetra.
Mi amiga y yo reflexionamos tras su parto hospitalario que tenemos que reapropiarnos nosotras* del acompañamiento de los partos, de hacerlos en casa, acompañándonos juntas y de ser muchas. En ese momento mi idea de ser doula toma fuerza.
Y regreso a Asturias, después de 8 años y no encuentro una forma barata y cercana de aprender a ser doula, así que vuelvo a inclinarme por ser autodidacta. Me acerco a un encuentro de Dar a Luz en Casa, conozco a Valle y Raquel y se lo digo, decido ser aprendiz de partera.
Antes de que pasara un mes ya éramos un grupo de personas con interés en aprender partería y sin darnos cuenta estábamos construyendo la ULRA y PartEres, así son los nacimientos, la cabeza tarda un ratito en asomar pero después todo se precipita y sale con una facilidad pasmosa.
Gracias a la lucha del continente latinoamericano comprendí la prioridad de poner la vida y los cuidados en el centro, y el cuerpo y el territorio como nuestro. Fue ahí donde me dí cuenta de que soy parte.
Llaranes, Avilés, septiembre 2018
*nosotras, no sólo las mujeres, sino las que nos situamos al margen, las precarias, las oprimidas por el cisheteropatriarcado, quienes se sitúan más allá de los binarismos de género.